BBC: LOS TAXIS DE LONDRES

24 de septiembre de 2011

EL PROCESO DE REGIONALIZACIÓN CHILENA

En diciembre de 1973 se crea la Comisión Nacional de Reforma Administrativa (CONARA) con el propósito de dar un nuevo ordenamiento político – administrativo al país, luego de haber identificado una serie de problemas a nivel nacional que, con el intento de orden anterior, no se solucionaban. Entre los problemas más importantes que sucedían a lo largo del país, destacan:


- Santiago concentraba todo el poder económico y administrativo, lo que impedía la toma de decisiones provinciales y aceleró en crecimiento desmesurado de la capital.


- Desigual desarrollo de las regiones producto del mal manejo de la explotación de recursos.


- Vulnerabilidad de las regiones extremas al incrementarse la migración campo – ciudad.

Por este motivo la CONARA decidió implementar un plan piloto de regionalización, seleccionando las regiones I, II, VIII, XI y XII mediante el Decreto Ley N° 1230 de 1975. El positivo desarrollo de este plan en las regiones seleccionadas sirvió para ampliar el sistema al resto del país en el año 1976 mediante el Decreto Ley N° 1317, dividiendo el territorio nacional en 12 regiones y un área metropolitana. Finalmente, en 1979 el proceso de regionalización fue concretado, otorgando límites a las 13 regiones, las 51 provincias y las 335 comunas de ese entonces. Para ello se consideraron los siguientes criterios:


- Las regiones deben operar dentro de un sistema político unitario.


- Deben poseer diferentes niveles territoriales: región, provincia y comuna; así como jerarquización de autoridades: intendente, gobernador y alcalde.


- Deben poseer recursos naturales adecuados para el desarrollo económico y el sustento de su población.


- Deben contar con la población suficiente para el aprovechamiento de los recursos naturales que poseen.


- Deben poseer un lugar central urbanizado que posea una estructura mínima para facilitar su funcionalidad y oriente el proceso de crecimiento.


- Deben establecerse dentro de un marco de seguridad nacional.

DIVISIÓN POLÍTICO ADMINISTRATIVA DE CHILE

La división político – administrativa del territorio fue dada en diferentes niveles.

Nivel Nacional: depende del Presidente de la República y del Ministro del Interior.

Nivel Regional: A cargo del Intendente Regional, nombrado por el Presidente de la República, que es asesorado por 2 instancias: Consejo Regional de Desarrollo (COREDES) y la Secretaría de Planificación y Coordinación. En este nivel también se encuentran los Secretarios Regionales Ministeriales (SEREMIS), representantes de los Ministros en sus respectivas regiones.

Nivel Provincial: Se asigna un Gobernador Policial nombrado también por el Presidente de la República. Es ayudado en su gestión por un Comité Asesor Provincial. Los representantes de los SEREMIS son los su-secretarios provinciales de las carteras respectivas.

Nivel Comunal: Es dirigido por un Alcalde elegido por la comunidad. Es asesorado por el Consejo Comunal de Desarrollo (CODECOS) y la oficina Comunal de Planificación y Coordinación. De esta autoridad dependen los servicios municipales y organismos de de la comunidad (Juntas de Vecinos, Centros de Madres, etc.). Todo este sistema es manejado por la Oficina de Planificación Nacional (ODEPLAN) que, desde 1990, se transformó en Ministerio de Planificación Nacional (MIDEPLAN), proyectando y coordinando las políticas de desarrollo regional.

Esquema: División Político-Administrativa de Chile
Fuente: elaboración propia.

ANTECEDENTES DE LA DIVISIÓN REGIONAL EN CHILE


El proceso de regionalización actual no fue el primero de los intentos por mejorar la administración del territorio y, seguramente, tampoco será el último. Sus antecedentes se remontan a 2 intentos previos, el primero de ellos en el año 1950 y el segundo entre los años 1965 – 1968.

PRIMER INTENTO DE 1950
Según un estudio realizado por la CORFO, donde se indagaba en los recursos naturales del país, éste se dividió en seis grandes zonas:

1.       Norte Grande (17°30’ – 26° Lat. Sur): región de condiciones desérticas cuyas actividades económicas principales se concentran en la minería y la pesca.

2.       Norte Chico (26° - 32° Lat. Sur): región semiárida donde comienza la agricultura de riego complementada con la minería. Sobresalen los cordones transversales.

3.       Núcleo Central (32° - 37° Lat. Sur): región que concentraba el 75% de la población del país y donde las actividades económicas se diversificaban.

4.       Concepción y La Frontera (36° - 39° Lat. Sur): región o zona húmeda con desarrollo de actividades agrícolas y forestales.

5.       Los Lagos (39° - 41° Lat. Sur): posee condiciones similares a la región anterior.

6.       Los Canales (41° Lat. Sur – Extremo Austral): región con explotación de recursos marinos, pecuarios e hidrocarburos.

SEGUNDO INTENTO DE 1965 – 1968
El segundo intento por organizar el país nace a partir de los estudios de la Oficina de Planificación Nacional (ODEPLAN) entre los años 1965 y 1968. Consistía en la división del país en 11 regiones más la Región Metropolitana de Santiago, convirtiéndola en el centro de desarrollo nacional junto con 3 polos de desarrollo multi-regional: Antofagasta, Valparaíso y Concepción. Cada región poseería autonomía administrativa y pretendía alcanzar una especialización en la producción de bienes y servicios, con lo cual se originarían interrelaciones entre los polos, contribuyendo a la integración nacional. 

20 de junio de 2011

EL CONCEPTO DE REGIÓN

Antes de analizar lo que es el proceso de regionalización chilena propiamente tal se debe definir qué es una región. Se entiende por región todo aquel territorio que presenta condiciones homogéneas tanto a nivel natural como cultural, de esta forma el territorio se singulariza y hace posible que se diferencie. De esta forma una región es “una unidad territorial homogénea, que tiene una organización y una estructura interna. Está inserta en un macrosistema que puede ser el país, el continente u otro espacio mayor.” [1]
LA REGIÓN NATURAL
Una región natural es toda aquella que presenta condiciones bióticas (flora y fauna) y abióticas (suelo, clima, relieve, hidrografía) similares. De esta manera, se puede definir una región natural según sus elementos o al sistema que conforma la interacción de todos ellos.
En Chile se conocen regiones naturales bien definidas y asociadas a paisajes específicos, como lo son el desierto en el norte grande, el paisaje frío de la cordillera andina, la zona de hielos patagónicos en el extremo sur y la exuberancia de la Patagonia austral.

Video N°1: Desierto de Atacama, II Región de Antofagasta, Chile.
Fuente: Cristina Costales, Fotógrafa.

LA REGIÓN CULTURAL
La región cultural se refiere a todo aquel territorio donde las actividades desarrolladas por la población son de carácter homogéneo. Dado que la actividad antrópica no conoce límites ésta región puede ser mucho mayor e incluso abarcar varias regiones naturales. Sin embargo, a pesar de su extensión, la región cultural puede subdividirse en distintos tipos, por ejemplo, región étnica, histórica, cultural, política, económica, entre otras.
En Chile se puede identificar el norte minero, la zona ganadera del extremo sur o la zona agrícola de Chile central, como también la región Mapuche, Aymará o Rapa Nui.
LA REGIÓN GEOGRÁFICA
A medida que la región natural y la región cultural se unen nace la región geográfica. Entonces, se entiende por región geográfica todo aquel territorio donde las actividades que se desarrollan tienen estrecha relación con los recursos naturales, lo que genera la aparición de mercados de consumo y trabajo. Como consecuencia se generan una serie de características sociales, culturales y económicas en la población, así como también del Estado y del sistema natural.
LA REGIÓN POLÍTICO - ADMINISTRATIVA
Con la creación de la Comisión Nacional de Reforma Administrativa (CONARA) en 1974 se da inicio al proceso de regionalización chilena. La CONARA aplicó reformas con énfasis en la descentralización y desconcentración, lo que dio origen a 13 de las actuales 15 regiones del país. Durante el primer trimestre del año 2007 se crean las 2 regiones restantes, las cuales tomaron funcionalidad autónoma en octubre del mismo año.
Éstas tienen carácter administrativo ya que no solo responden a la visión integrada de región geográfica, sino que también a políticas de Estado que buscan generar el crecimiento y desarrollo de la región.
Descentralización: conjunto de reformas dirigidas a la transferencia de responsabilidades, recursos o autoridad desde el gobierno central hacia gobiernos subnacionales autónomos.” [2]
Desconcentración: proceso de transferencia desde un gobierno central hacia un gobierno regional o, en otras palabras, el traspaso hacia abajo al interior de la estructura piramidal del gobierno central.” [3]


[1] CEPECH. Historia y Ciencias Sociales Tomo I. Capítulo 6: Territorio Regional y Nacional. 2005. pp 157. N° de Inscripción 144.757
[2] MARDONES, RODRIGO. Revista EURE. Descentralización: una definición y una evaluación de la agenda legislativa chilena (1990 – 2008) [en línea]. Volúmen 34, N° 102. Santiago, Agosto 2008. [Consultado 20.06.2011] Disponible en: <http://www.scielo.cl/scielo.php?pid=S0250-71612008000200003&script=sci_arttext>  ISSN: 0250-7161
[3] Ídem

19 de junio de 2011

RESUMIENDO: DESDE LA PLAZA PÚBLICA AL PROCESO DE REGIONALIZACIÓN

Esquema: Hilo Conductor
Fuente: elaboración propia.

LOS ESPACIOS PÚBLICOS Y LA REGIONALIZACIÓN: CONSTRUYENDO EL HILO CONDUCTOR

Ya hemos hablado de las plazas y de la importancia que éstas han tenido para el desarrollo de ciudades. ¿Han evolucionado las plazas? Si, han evolucionado según cómo evoluciona el territorio en el que se encuentran y, en base a esto, ha cambiado su importancia.
Valparaíso, actual capital de la V región de Chile que lleva el mismo nombre, nace en torno a la Iglesia de la Matriz y hoy su eje estructurante son todas las avenidas que se encuentran en el centro de la ciudad. Esto sucede porque los territorios cambian, mutan, evolucionan. Cambian su funcionalidad o descubren nuevas formas de optimizar el conjunto de actividades que permite su existencia. Asimismo, el crecimiento y aglutinamiento de la población genera que estas actividades se expandan y, por lo tanto, se hace necesario un orden dentro del territorio. Así nos encaminamos hacia el concepto de planificación urbana, el cual consta de una serie de instrumentos que se detallarán con posterioridad. Lo importante de este concepto es que el hecho de hacer necesario un orden implica división: sectores destinados a una actividad y no a otra. Extrapolando, esto se aplica a todo el territorio que conforma un país, dividiéndolo en lo que actualmente se conoce como región.
La organización en Chile consta desde el S.XVI, tanto política como administrativamente. En ese entonces se dividió a Chile en 6 grandes regiones y no en 15 como lo son hoy. 15 regiones homogéneas que se dividen según las características de las ciudades y el territorio que las conforman.
Las personas amplían su rango de movilidad, por lo que van expandiendo el territorio sobre el que se sustentan y producen territorios homogéneos. Éstos territorios son los que, posteriormente, formarán las regiones en las que se divide Chile. Ejemplo de esto es el rango de movilidad que tienen los taxis en una mega-ciudad. Los recorridos son cada vez más amplios y, con ello, se expande el territorio tal y como lo plantea la BBC en el siguiente video: BBC: Los Taxis de Londres.

4 de mayo de 2011

INTROSPECCIÓN: TEORÍA DE LA CONSTRUCCIÓN ESPACIAL

No importa donde mires, no importa donde estés ni lo que quieras encontrar, siempre verás un lugar que cumple una función específica dentro del territorio en el que te encuentras y dependiendo de sus características podríamos catalogarlo de público o privado.
Comúnmente nos referimos a espacio, vía, calle, plaza, etc; y lo acompañamos con el calificativo de “público”, aludiendo a la idea de que todos los oyentes saben a que nos referimos pero ¿sabemos realmente a que nos estamos refiriendo? Autores como Foucault y Jacobs señalan que el espacio público es aquel lugar donde los ciclos funcionales se superponen y van, poco a poco, construyendo ciudadanía. Para ellos, son espacios que han resistido a los cambios estructurales provocados por la evolución y el progreso. Otros autores señalan que los espacios en general hoy han mutado, se han adaptado a la sociedad y se han transformado en los espacios públicos de la modernidad. Por ejemplo, hoy las plazas han sido medianamente olvidadas y reemplazadas por el gran espacio público de la modernidad: el mall. El mall como espacio público cumple con todas las características necesarias para ser considerado el relevo de aquellos lugares donde antiguamente se construía la mayor cantidad de relaciones dentro de una ciudad: las plazas públicas. Sin embargo, como todo espacio moderno, los malls pierden una característica fundamental: tienen un ciclo fijo, no hay relevo de funcionalidades y el control ejercido por las mismas necesidades que los seres humanos tenemos, como la seguridad, hacen de este espacio un lugar pseudo-público. Richard Sennett (1977) señala que “la atomización de la ciudad, de la cual los enclaves fragmentarios como los malls, las comunidades enrejadas o las burbujas turísticas son una expresión, han puesto fin en la práctica a un componente esencial del espacio público: es la superposición de funciones en un mismo territorio lo que crea complejidad en la experiencia vivida en ese espacio.”  Sin embargo, otros autores señalan que la atomización de la ciudad es parte de la vida moderna y que los espacios, en sí, deberán adaptarse a los cambios sociales que se están atravesando. Caldeira (2000) señala que “la experiencia de la vida moderna incluye la primacía de la apertura de las calles, libre circulación, el encuentro impersonal y anónimo entre peatones, el espontáneo disfrute y congregación en las plazas, y la presencia de gente de diferentes orígenes sociales mirándose, observando las vitrinas, comprando, sentándose en cafés, uniéndose a manifestaciones políticas, apropiándose de las calles para sus festivales y demostraciones, y usando los espacios especialmente diseñados para la entretención de las masas.”

El encuentro impersonal, una de las características principales nombradas por Caldeira al referirse a los nuevos espacios.

En cuanto a lo señalado por Caldeira, cabe destacar que el espacio público real, aquel nacido de forma espontánea y de ahora en adelante llamado “natural”, surge en base a una serie de condiciones: geomorfológicamente debe responder a un lugar accesible en el cuál puedan desarrollarse las necesidades humanas imperantes que fundamenten la aparición y desarrollo de ese espacio. Hoy, sabemos que los espacios públicos “artificales” (aquellos construidos por el hombre) no responden a estas características, pues el uso del automóvil está fuertemente arraigado en la sociedad y la segregación espacial produce espacios sectorizados, clasificados y utilizados por las clases sociales a las cuales ha sido enfocada su construcción. Por ejemplo, haciendo referencia una vez más al mall, éste es un centro de interacción urbana cuya ubicación, si bien se ve mermada por las condiciones geomorfológicas, no es un principio excluyente de localización, pues los avances en la ingeniería así lo permiten. Lo mismo sucede con la conectividad, hoy en día la ingeniería se encarga de mantener “el mundo conectado”, o por lo menos eso es lo que proyectan los medios de comunicación centrados en las grandes urbes del mundo. Ejemplo de esto es el “Portal La Dehesa” ubicado en Santiago, comuna de Las Condes, donde la ingeniería permitió crear un espacio de recreación pública enfocado a las familias ABC1 de los barrios colindantes, pero donde la presión social, de una u otra forma, ha generado un espacio excluyente. Además se encuentra entre 2 cerros cuya pendiente es bastante elevada y hasta donde la locomoción colectiva no llega con tanta frecuencia, pero aún así es frecuentado por aquellas personas que, en sus vehículos, han disminuido los problemas de conectividad.
Portal La Dehesa: fachada frontal. Fuente: fotografía propia.

Plano de ubicación Portal La Dehesa, Santiago, Chile. Fuente: Google Earth.

Para finalizar, y luego de este planteamiento teórico-práctico, quisiera dejar sobre la palestra algunas de las interrogantes que iré desarrollando durante los próximos días: ¿Existe el espacio público o aquel concepto no es más que un imaginario desaparecido y que la memoria colectiva se resiste a olvidar? ¿Qué tan partícipes somos nosotros, los seres humanos, en la aparición, desaparición o mutación de los espacios? Y por último ¿Somos culpables de la segregación – fragmentación que constantemente están sufriendo los territorios dado la multiculturalidad que presentan los espacios hoy en día y que podría generar los principales problemas socio – territoriales que se ven en la actualidad?


BIBLIOGRAFÍA
SALCEDO, Rodrigo.  El espacio público en el debate actual: una reflexión crítica sobre el urbanismo post-moderno. EURE [en línea]. 2002, vol. 28, no. 84. Disponible en: <http://www.eure.cl/numero/el-espacio-publico-en-el-debate-actual-una-reflexion-critica-sobre-el-urbanismo-post-moderno/>

1 de mayo de 2011

INTRODUCCIÓN

"(...) Los espacios públicos definidos como lugares de construcción de ciudadanía y encuentro social, han sido al menos parcialmente reemplazados por espacios pseudo-públicos, como el mall o la comunidad enrejada." [1]

Mall Marina Arauco, Viña del Mar

[1] SALCEDO, Rodrigo.  El espacio público en el debate actual: una reflexión crítica sobre el urbanismo post-moderno. EURE [en línea]. 2002, vol. 28, no. 84 [citado 01-05-2011], pp. 16. Disponible en: <http://www.eure.cl/numero/el-espacio-publico-en-el-debate-actual-una-reflexion-critica-sobre-el-urbanismo-post-moderno/>

21 de abril de 2011

EVOLUCIÓN E INVOLUCIÓN EN EL ESPACIO PÚBLICO: EL CASO DE LAS PLAZAS

La forma en la que captamos los espacios no ha de dejar a nadie indiferente. El uso que le damos a los mismos, tampoco. El espacio privado sufre las consecuencias de cada uno de nuestros caprichos, peor suerte corren los espacios públicos: entes olvidados a los largo del tiempo que pierden su cualidad axiomática para transformarse en foco de problemas.
El espacio público, en general, se estipula en el subconsciente colectivo como centro recreacional… ¿o no? Las plazas, el mejor ejemplo de espacio público, se han convertido en víctimas de la globalización y se han transformado, a lo largo de la historia de la humanidad, en sinónimo de espacio vacío. ¿Cuántas son las personas que destinan parte de su tiempo a sentarse en una plaza a nada más que perder el tiempo? ¿Cuántos padres planifican junto a sus hijos una salida de sábado por la tarde a los juegos instalados en las plazas como centro recreacional? ¿Cuántas personas destinan parte de su tiempo a admirar el opacado rol que este espacio, minúsculo en ocasiones, tiene para la sociedad? Largos fueron los años en que las plazas mermaban el cuadro de desarrollo urbano y segregaban a la población según su nivel socioeconómico, aquel tiempo donde las votaciones se hacían a viva voz en una Atenas consolidada o donde las más duras penas caían sobre los delincuentes Españoles. Hoy en día las plazas han perdido su valor. Conocidas en un comienzo por ser entes rizomáticos hoy no son más que un espacio vacío, un foco de problemas identificable por horarios y cuya relación con su entorno no representa ninguna importancia para la población. Se consideran áreas verdes que se han de mantener para cumplir con lo estipulado en el marco legal de lo que llamamos ley, pero ¿importa realmente? ¿Cuál es la percepción social respecto al tema? Nadie se lo pregunta ni menos lo cuestiona, simplemente caminan atravesando el espacio tiempo, agobiados por el trabajo o apurados por el reloj. Lo cierto es que hoy este espacio a perdido su importancia: suelen ser focos de delincuencia, drogadicción o, lisa y llanamente, centro de nada. Podemos decir que evolucionaron con el territorio: las inquietudes han cambiado y, asimismo, el centro de interés. Hoy las grandes ciudades crecen en torno a ejes, no a plazas como en la antigüedad. Ya no es panorama ir a una plaza como lo era antes (aunque aún quedan unos pocos que conservan esta antigua tradición), pues han perdido su cualidad de grandes centros de ocio y han sido reemplazadas por el computador o el nintendo wii. Si bien aún gran cantidad de personas se concentran alrededor de estos espacios públicos (cuya mayoría son turistas), esto es observable sólo en las grandes plazas a nivel mundial y cuya carga histórica permite que esto suceda, no así en las pequeñas plazas, aquellas plazas de barrio que el común de las municipalidades contruye para justificar los gastos en áreas verdes.
El poco interés que se genera en torno a las plazas hace que las personas no se relacionen con el espacio que los rodea de forma tan concreta como hace años atrás, por lo que este espacio ha perdido el poder de moldear el territorio, ahora son suprimibles. Lo curioso del asunto es que han evolucionado: evoluciona para involucionar, otra víctima más de la globalización.

Plaza Sotomator, Valparaíso, Chile



14 de abril de 2011

SISTEMATIZACIÓN


La economía genera los movimientos territoriales actuales y eso, en una sociedad globalizada como la de hoy, es un hecho innegable. Sin embargo, este fenómeno no es un suceso aislado, pues desde siempre los asentamientos humanos han tenido como eje principal un centro económico y/o industrial. Cabe destacar que los intercambios comerciales durante fines del Medioevo generaron centros urbanos existentes hasta nuestros días y la industria vio nacer importantes ciudades como Londres en Inglaterra. No obstante, todo asentamiento humano emergente nace en base a la necesidad de un sistema y un modelo predominante en un tiempo y espacio determinado. Bajo este contexto ¿Qué clase de asentamiento humano nace a raíz de un sistema de producción en masa? Marco Rivelli señala en su ensayo “8 tesis sobre el postfordismo” que la sistematización de las formas de producción ha sido motivo de inclusión pero también puede generar nuevos espacios vacíos.
Actualmente, en aquellas ciudades donde la actividad industrial representa el eje principal de su desarrollo la fábrica sigue dominando el mercado, por lo que también domina a las personas que viven en ella y crea un círculo de dependencia entre la actividad industrial como foco de trabajo y los usuarios como trabajadores. Sin embargo, bajo el proceso de sistematización de la producción y la inclusión de nuevas tecnologías el capital humano ha sufrido 2 procesos importantes: disminución y sobrevaloración. A medida que se desarrolla la tecnología los científicos son más demandados y muchas veces se sobrevaloran sus capacidades, por el contrario, el capital humano de recursos inferiores es reemplazado por máquinas mucho más efectivas en términos productivos, generando desempleo, nidos de pobreza y espacios vacíos en los territorios aledaños a los que llamamos ciudad. Así, según Rivelli, el Fordismo avanza hacia el Postfordismo y la fábrica transforma su relación de interdependencia en una relación de dominio que solo se ve alterada por los conflictos cíclicos que generan grandes cambios estructurales. Con este cambio en el modelo económico imperante y que mermaba los términos productivos se termina con la producción en masa y comienza la producción sistematizada, es decir, variedades de productos afines con la variedad de consumidores a los que se puede atraer. No obstante ¿puede, de forma tan radical, alterarse un mercado sin generar cambios territoriales que reflejen la negatividad de la sistematización? Al generar un cambio tan radical en un territorio mermado por la industria se genera, de una u otra forma, segregación espacial: territorios ganadores y territorios perdedores, segregación social, nidos de pobreza, delincuencia y clasismo. Pero este no solo es un problema territorial a nivel comunal o regional, es un problema de Estado. La privatización del Estado genera medidas en masa pues este también se ve alterado frente a los cambios en la economía internacional, olvidando a los sectores más apartados de la sociedad que el mismo modelo ha generado. De esta forma se produce una desvalorización del territorio pues los habitantes comienzan a perder el arraigo que tienen sobre él: se transforman en nómadas cuyo propósito central es mejorar la calidad de vida. En ocasiones, este proceso migratorio e insatisfactorio de arraigo-desarraigo genera conflictos que terminan con grandes enfrentamientos de poder y que generan cambios cuyos efectos podemos observar diariamente en la memoria colectiva de la sociedad: la Revolución Francesa, la Colonización Española, los atentados terroristas e incluso el actual panorama que atraviesa Medio Oriente. Todos los conflictos generan cambios relacionados con las dinámicas de población y se relacionan con la cualidad innata del ser humano conocida como inconformismo.
Así, la economía modela de forma importante el territorio sobre el que influyen, el problema es que en la mayoría de los casos el modelo económico cambia desfasado con el mercado que lo sustenta, generando conflictos que pueden transformarse en grandes crisis. Sin embargo, parte de las redes de conectividad actuales se deben a estos conflictos, pues generan migraciones, expansión de los territorios y colonización. Por el contrario, sostener la crisis como eje de desarrollo global tiene implicancias no solo gubernamentales, sino también sociales; y en este contexto es pertinente cuestionar la sostenibilidad del modelo de desarrollo actual a futuro, pues los movimientos sociales están cada vez más arraigados en el mundo actual dado que las soluciones se entienden como una prestación rígida de un servicio que, naturalmente, debe mutar.