El proceso de regionalización actual no fue el primero de los intentos por mejorar la administración del territorio y, seguramente, tampoco será el último. Sus antecedentes se remontan a 2 intentos previos, el primero de ellos en el año 1950 y el segundo entre los años 1965 – 1968.
PRIMER INTENTO DE 1950
Según un estudio realizado por la CORFO, donde se indagaba en los recursos naturales del país, éste se dividió en seis grandes zonas:
1. Norte Grande (17°30’ – 26° Lat. Sur): región de condiciones desérticas cuyas actividades económicas principales se concentran en la minería y la pesca.
2. Norte Chico (26° - 32° Lat. Sur): región semiárida donde comienza la agricultura de riego complementada con la minería. Sobresalen los cordones transversales.
3. Núcleo Central (32° - 37° Lat. Sur): región que concentraba el 75% de la población del país y donde las actividades económicas se diversificaban.
4. Concepción y La Frontera (36° - 39° Lat. Sur): región o zona húmeda con desarrollo de actividades agrícolas y forestales.
5. Los Lagos (39° - 41° Lat. Sur): posee condiciones similares a la región anterior.
6. Los Canales (41° Lat. Sur – Extremo Austral): región con explotación de recursos marinos, pecuarios e hidrocarburos.
SEGUNDO INTENTO DE 1965 – 1968
El segundo intento por organizar el país nace a partir de los estudios de la Oficina de Planificación Nacional (ODEPLAN) entre los años 1965 y 1968. Consistía en la división del país en 11 regiones más la Región Metropolitana de Santiago, convirtiéndola en el centro de desarrollo nacional junto con 3 polos de desarrollo multi-regional: Antofagasta, Valparaíso y Concepción. Cada región poseería autonomía administrativa y pretendía alcanzar una especialización en la producción de bienes y servicios, con lo cual se originarían interrelaciones entre los polos, contribuyendo a la integración nacional.
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